La tensión arterial es el térmico médico que se usa cuando la sangre viaja por las arterias con una presión mayor que la indicada para la salud. En la mayoría de los pacientes la tensión arterial se presenta sin que haya síntomas, lo que la convierte en una enfermedad peligrosa, porque puede afectar el sistema cardiovascular y los riñones.
La tensión arterial está determinada por dos factores importantes, la cantidad de sangre que circula y la calidad de las arterias, por eso a mayor cantidad de sangre y menor diámetro de las arterias la tensión será más fuerte.
Los riñones controlan el volumen de agua y la cantidad de sal que contiene el cuerpo; cuanta más sal se tenga será mayor la retensión de líquidos, por lo cual en una dieta para la hipertension recomiendan bajar o anular el consumo de sal.
Según el nivel de desarrollo de la enfermedad se puede hablar de hipertensión arterial primaria, en los inicios cuando es más fácil de tratar, hipertension arterial secundaria cuando se empiezan a presentar los síntomas e hipertension arterial sistemica, cuando se encuentra en la etapa crónica.
También se habla de la hipertension arterial pulmonar, o la presión exagerada en las arterias de los pulmones y la hipertension intracraneal benigna, en las arterias de la cabeza.
Los síntomas que se presentan en el cuerpo que derivan de esta enfermedad pueden ser dolor de cabeza, vértigo, zumbidos en los oídos, oleadas de calor y taquicardias. Por lo general un paciente sólo acude al médico cuando los síntomas están avanzados, por lo tanto lo más recomendable es realizarse el examen de tensión periódicamente para descartar la posibilidad y no buscar ayuda cuando es demasiado tarde.
Una de las formas más fáciles de prevención es llevar una dieta adecuada, con un consumo controlado de calorías, baja en sal, consumiendo mucho pescado y evitando las grasas en las carnes rojas; también se recomienda no comer alimentos muy condimentados y tomar cantidades necesarias de calcio, presente en los lácteos.
Las causas de la hipertensión arterial son variadas, pero las más importantes son insuficiencia en el riñón, consumo exagerado de alcohol, ingesta prolongada de pastillas anticonceptivas, consumo de algunos medicamentos como antidepresivos y una dieta no balanceada. También se relaciona la hipertension y embarazo, ya que durante la gestación crecen las posibilidades de desarrollar esta enfermedad, lo que puede ser mortal para la madre o el feto o puede provocar alteraciones y partos prematuros.
La mejor opción es prevenir la enfermedad y no esperar a tenerla para empezar a actuar; una vida sana, una buena alimentación y estudios médicos periódicos son los cuidados básicos para esta y muchas otras dolencias.
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