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12 de mayo de 2011

Tos con Sangre


Es la expectoración o expulsión de sangre o moco sanguinolento de los pulmones y la garganta (vías respiratorias).

Hemoptisis es el término médico para la expectoración con sangre de las vías respiratorias.

Consideraciones

La tos o expectoración con sangre no es lo mismo que el sangrado de la boca, la garganta o el tubo digestivo.

La sangre que aparece con la tos a menudo tiene apariencia espumosa porque se mezcla con el aire y el moco y por lo general es de color rojo brillante, aunque puede ser de color rojizo. Algunas veces, el moco puede contener únicamente vetas de sangre.

Causas

Muchas afecciones, enfermedades y exámenes médicos pueden hacer que usted expectore sangre.

Las afecciones y enfermedades pueden abarcar:

Los exámenes diagnósticos que le pueden producir expectoración con sangre pueden ser:

Cuidados en el hogar

Los antitusígenos pueden ayudar si esta afección se debe a una irritación de la garganta por una tos violenta. Sin embargo, los antitusígenos pueden llevar a que se presente obstrucción de las vías respiratorias en algunos casos. Consulte siempre con el médico antes de usarlos.

Es muy importante observar por cuánto tiempo usted expectora sangre y qué tanta sangre se mezcla con el moco. Usted debe contactar al médico en cualquier momento que expectore sangre, incluso si no tiene ningún otro síntoma.

Cuándo contactar a un profesional médico

Busque ayuda médica inmediata si expectora sangre y presenta:

  • Una tos que produce más de unas cuantas cucharadas de sangre
  • Vértigo
  • Mareo
  • Dificultad respiratoria severa
  • Dolor torácico
    • fiebre
    • dificultad para respirar
    • sangre en la orina o las heces

Lo que se puede esperar en el consultorio médico

En caso de emergencia, el médico le brindará el tratamiento para controlar la afección y luego le hará preguntas con relación a su tos como:

  • Tipo
    • ¿Está expectorando grandes cantidades de sangre (hemoptisis masiva)?
    • ¿Puede observar la sangre cuando tose algo?
    • ¿Cuántas veces ha expectorado sangre?
    • ¿Hay moco (flema) con vetas de sangre?
  • Patrón de tiempo
    • ¿Comenzó de forma repentina?
    • ¿Ha aumentando recientemente?
    • ¿Cuántas semanas ha durado la tos?
    • ¿Es la tos peor en la noche?
    • ¿Qué otros síntomas presenta?

El médico llevará a cabo un examen físico completo, revisando el tórax y los pulmones. Los exámenes que pueden realizarse son:

Hemoptisis

¿Qué es la hemoptisis?

Se define hemoptisis como la expulsión de sangre en el esputo o flema. Esa expulsión de sangre con la expectoración proviene del pulmón. Dentro de la hemoptisis podemos distinguir dos conceptos en cuanto a su importancia:

  • Hemoptisis grave: Cuando se expulsan más de 500 cc/hora y que se suele acompañar de bajada de la tensión arterial.
  • Hemoptisis no grave: Cuando la expulsión de sangre es menor de 500 cc/hora.
¿Cuáles pueden ser las causas de la hemoptisis?

Las causas más frecuentes son:

  • Bronquitis crónica: Frecuente en los fumadores.
  • Bronquiectasias: Consiste en la dilatación de los bronquios.
  • Tumores de Pulmón.
  • En un 15 % de los pacientes no llegamos a saber la causa de la hemoptisis.

Otras causas ya menos frecuentes:

  • Tuberculosis
  • Neumonía
  • Alteraciones de la coagulación
  • Hipertensión pulmonar pulmonar

¿Qué síntomas podemos encontrar?

La hemoptisis es más frecuente en el varón y la edad media de los pacientes que presentan este síntoma es de unos 50-60 años.
La hemoptisis es la expulsión de sangre por la boca, pero ¡ojo! ya que la sangre proviene del pulmón; es sangre que se tose; es espumosa y roja. La sangre producida desde el estómago por una úlcera se vomita y es oscura o negra.
Otros síntomas (es decir, lo que los pacientes nos cuentan que les pasa) que debemos tener en cuenta son: tos, disnea o dificultad respiratoria, pérdida de peso y fiebre. Son síntomas que debemos preguntar al paciente y que nos orientan sobre la causa de la hemoptisis.



¿Cómo se llega a un diagnóstico?

La radiografía de tórax junto con una buena exploración física del paciente, así como unas preguntas adecuadas sobre las enfermedades anteriores y síntomas que tiene el paciente nos llevarán a un diagnóstico en el 70 % de los casos.
Para llegar a saber la causa de la hemoptisis es importante preguntar al paciente sobre las enfermedades que ha tenido a lo largo de su vida y que pueden influir en el origen de la hemoptisis. El interrogatorio debe incluir las siguientes cuestiones:

  • Si es fumador: Dado que es la causa más frecuente de bronquitis crónica.
  • Si ha presentado pérdida de peso y /o apetito que nos pueda orientar hacia un problema de pulmón de origen tumoral.
  • Es importante también preguntarle por alteraciones de la coagulación de la sangre bien porque tenga una enfermedad previa o bien porque esté tomando algún medicamento que impida la buena coagulación de la sangre.
  • Otras preguntas que también haremos tienen relación con la profesión del paciente, por ejemplo, si es minero, carpintero y todas aquellas profesiones que debido a la inhalación de sustancias tóxicas pueden llegar a dañar el pulmón.

Después de una buena historia clínica, preguntando al paciente sobre sus síntomas y enfermedades, solemos pedir un análisis de sangre, una radiografía de tórax y una gasometría arterial arterial:

  • En el análisis de sangre veremos si hay alguna alteración de la coagulación sanguínea y, sobre todo, será importante descartar una anemia como consecuencia del sangrado del pulmón.
  • La gasometría arterial es un análisis especial de sangre que se hace en la muñeca para saber el nivel de oxígeno en la sangre del paciente y es una medida para saber cómo funciona el pulmón.
  • En la radiografía de tórax podemos ver si en el pulmón hay alguna imagen extraña que sea la causante del proceso.

Si con las anteriores pruebas no hemos llegado al diagnóstico enviamos al paciente al especialista de pulmón, el neumólogo, para realizar una broncoscopia (consiste en meter un tubo por la boca o nariz llegando hasta los bronquios) o bien una tomografía axial computadorizada del tórax (TAC torácica).


¿Qué tratamiento es el más adecuado?

Es fundamental a la hora de tratar una hemoptisis diferenciar si ésta es grave o no:

  • Hemoptisis no grave: Es la más frecuente. Es aquella en la que el paciente comenta que en la flema salen unos hilos de sangre o bien que algunas flemas tienen una pequeña cantidad de sangre; pues bien, en esta hemoptisis lo principal es tener calma, no correr a la hora de pautar un tratamiento, pues lo más importante es el diagnóstico del por qué se ha producido esa hemoptisis. Por ejemplo, si es producida por una infección habrá que administrar un antibiótico, si la causa es el tabaco tendremos que suprimir el hábito tabáquico. En el caso de que la tos agrave la hemoptisis es recomendable prescribir cualquier fármaco antitusígeno (por ejemplo, jarabe para la tos).

  • Hemoptisis grave: Es poco frecuente. Es aquella hemoptisis en la que el paciente se encuentra débil por la hipotensión, mareado y no hace más que expulsar sangre por la boca al toser (más de medio litro a la hora). Lo más importante en esta hemoptisis es tener claro que es grave y que el paciente debe ir al hospital lo más rápidamente posible. Esta hemoptisis presenta una mortalidad del 25% y el tratamiento se debe realizar en un hospital con medidas específicas que pueden llegar a ser incluso quirúrgicas.

¿Qué otros beneficios se obtienen del tratamiento?

En la hemoptisis causada por la bronquitis crónica, que es la más frecuente, el tratamiento es beneficioso para el paciente, desde el punto de vista de la salud y también del económico: DEJAR DE FUMAR. Si el paciente deja de fumar no toserá, no tendrá sensación de fatiga y disminuirá el número de sus esputos.

8 de mayo de 2011

Lista animes clasicos

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1. Candy Candy
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2. Thundercat
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3. Transformer
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4. Doraemon
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5. Mazinger
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6. Heidi
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8. Meteoro
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25. El galactico

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28. El Capitan Centella

Arbegas

29. Arbegas

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30. El Gladiador

5 de mayo de 2011

Dieta para problemas de la Vesicula


La dieta ideal para los problemas de la vesícula

Hoy le presentamos esta guía alimentaria es muy útil para los que sufren o han sufrido de cálculos de vesícula.

Es básico mantenerla después de un “ataque”, luego del ayuno obligatorio y la dieta líquida inicial.

Leche y yogur: descremados.
Quesos: blancos, descremados, queso port salut, mozzarella bajas calorías, todos crudos (no gratinar).

Carnes: blancas sin piel ni grasa. El pescado conviene más si es de mar; y siempre al vapor o hervido. Hay que evitar el cordero, el cerdo, las visceras, los fiambres y los embutidos.
Huevo: sólo la clara.

Verduras: zapallo, calabaza, zanahoria, zapallitos pelados y sin semillas, y papa (todo al vapor, hervido y en puré). Se evitan el repollo, la coliflor, la cebolla, el ajo, la espinaca, la berenjena, la palta y los rabanitos.

Frutas: Duraznos, damascos, manzanas y peras, en compotas o asadas sin piel. Pueden consumirse también bananas bien maduras. Hay que evitar los cítricos, las frutillas, el melón, el ananá y la sandía.

Los dulces permitidos son los que corresponden a la fruta conveniente, siempre sin cascara (nunca, nunca coma dulce de leche). Puede usar miel en poca cantidad.

El pan: prefiera el blanco apenas tostado.
Galletitas: de agua con poca grasa, las vainillas, bizcochos Bay y tapas de merengue.
Cereales: arroz blanco, fideos finos, polenta, harinas blancas y féculas.
Aceites: en crudo y en poca cantidad. Nunca coma fritos ni mayonesa.

Para los enfermos de vesícula es necesario observar ciertas precauciones en la consistencia y la temperatura de la comida.

Habrá que evitar lo muy frío y lo muy caliente, y los alimentos deben servirse picados, en purés, salvo que sean muy tiernos.
Como infusión se recomienda el té.

Vesicula Causas y Efectos


Alteraciones de la vesícula biliar

La vesícula biliar es un órgano pequeño ubicado debajo del hígado que tiene forma de pera. Almacena la bilis, un líquido amarillo-verdoso producido por el hígado, hasta que el aparato digestivo la necesite. La bilis está compuesta de sales biliares, electrólitos, pigmentos biliares como la bilirrubina, colesterol y otras grasas (lípidos). La bilis es utilizada por el organismo para que el colesterol, las grasas y las vitaminas de los alimentos grasos sean más solubles y, de ese modo, puedan absorberse mejor. Las sales biliares estimulan al intestino grueso a secretar agua y otras sales, lo que ayuda a que el contenido intestinal avance con mayor facilidad hacia el exterior del cuerpo. La bilirrubina, un producto residual formado por restos de glóbulos rojos inservibles, es excretada por la bilis. Los productos de la descomposición de los fármacos y los desechos procesados por el hígado son también excretados en la bilis. Las sales biliares aumentan la solubilidad del colesterol, de las grasas y de las vitaminas liposolubles para facilitar su absorción en el intestino. La hemoglobina producida por la destrucción de los glóbulos rojos se convierte en bilirrubina, el principal pigmento de la bilis, y pasa a ésta como un producto de desecho. En la bilis también se secretan algunas proteínas que tienen un papel importante en la función digestiva.

La bilis fluye desde los finos conductos colectores dentro del hígado hacia los conductos hepáticos izquierdo y derecho, luego hacia el interior del conducto hepático común y finalmente al grueso conducto biliar común. Casi la mitad de la bilis secretada entre las comidas fluye directamente, a través del conducto biliar común, hacia el intestino delgado. La otra mitad es desviada desde el conducto hepático común a través del conducto cístico hacia el interior de la vesícula biliar, donde se almacenará. Ya en la vesícula biliar, hasta un 90 por ciento del agua de la bilis pasa a la sangre. Lo que queda es una solución concentrada de sales biliares, lípidos biliares y sodio.

Cuando la comida llega al intestino delgado, una serie de señales hormonales y nerviosas provocan la contracción de la vesícula biliar y la apertura de un esfínter (el esfínter de Oddi). La bilis fluye entonces desde la vesícula biliar directamente al intestino delgado para mezclarse allí con el contenido alimentario y desempeñar sus funciones digestivas.

Una gran proporción de las sales biliares almacenadas en la vesícula biliar se vierte en el intestino delgado y casi el 90 por ciento se resorbe a través de la pared de la sección inferior de éste; el hígado extrae entonces las sales biliares de la sangre y las secreta de nuevo dentro de la bilis. Las sales biliares del cuerpo experimentan este ciclo de10 a 12 veces al día. En cada ocasión, pequeñas cantidades de sales biliares llegan al intestino grueso, donde son descompuestas por las bacterias. Algunas de estas sales biliares son resorbidas en el intestino grueso y el resto es excretado en las deposiciones.

Cálculos biliares

Los cálculos biliares son depósitos de cristales que se forman en la vesícula biliar o en los conductos biliares (vías biliares). Cuando los cálculos biliares se alojan en la vesícula biliar, el proceso se denomina colelitiasis; cuando los cálculos biliares están en los conductos biliares, el proceso se llama coledocolitiasis.

Cálculos biliares

Los cálculos biliares son más frecuentes en las mujeres y en ciertos grupos de población. Los factores de riesgo para la formación de cálculos biliares incluyen la vejez, la obesidad, la dieta occidental y una cierta predisposición genética. En algunos países, el 20 por ciento de la población de edad superior a 65 años padece cálculos biliares, aunque la mayoría no llega a experimentar síntomas. Cada año, más de un millón y medio de personas se someten a una extirpación quirúrgica de la vesícula biliar; una gran parte de los pacientes lo hacen debido a los problemas que les causan los cálculos biliares.

El componente principal de la mayoría de los cálculos biliares es el colesterol, aunque algunos están formados por sales de calcio. La bilis contiene grandes cantidades de colesterol que, por lo general, permanece en estado líquido. Sin embargo, cuando la bilis se sobresatura de colesterol, éste puede volverse insoluble y precipitar fuera de la bilis.

La mayoría de los cálculos biliares se forman en la vesícula biliar, y la mayor parte de aquellos que se detectan en los conductos biliares han llegado hasta allí desde la vesícula biliar. Los cálculos suelen formarse en un conducto biliar cuando la bilis retrocede debido a la disminución anormal del calibre de un conducto o después de la extirpación de la vesícula biliar.

Los cálculos en los conductos biliares pueden ocasionar una infección grave, incluso mortal, de dichos conductos (colangitis), del páncreas (pancreatitis) o del hígado. Cuando el sistema de conductos biliares está obstruido, las bacterias pueden multiplicarse y desencadenar rápidamente una infección en los mismos. Las bacterias pueden entonces propagarse a la sangre y causar infecciones en otras partes del organismo.

Síntomas

Por lo general, los cálculos biliares no causan ningún síntoma durante un largo período de tiempo; a veces no aparecen jamás, particularmente si se alojan dentro de la vesícula biliar. En raras ocasiones, sin embargo, cálculos biliares de tamaño importante pueden gradualmente lesionar la pared de la vesícula biliar y pueden penetrar en el intestino delgado o grueso, donde causan una oclusión intestinal denominada oclusión ileobiliar. Es más frecuente que los cálculos biliares pasen desde la vesícula hacia los conductos biliares y, a través de los mismos, lleguen al intestino delgado sin ningún problema; también pueden permanecer en los conductos sin obstruir el flujo de bilis ni causar síntomas.

Cuando los cálculos biliares obstruyen parcial o transitoriamente un conducto biliar, se experimenta dolor. Éste tiende a aumentar y disminuir de intensidad (dolor cólico). Por lo general, este dolor aumenta lentamente hasta llegar al ápice y luego decae gradualmente. El dolor puede ser agudo e intermitente, de varias horas de duración, y su ubicación varía. Habitualmente, el dolor se localiza en la parte superior derecha del abdomen, que también puede resultar doloroso al tacto. El dolor puede notarse también en el omóplato. Con frecuencia la persona tiene náuseas y vómitos; si la infección se desarrolla con oclusión del conducto, aparecen fiebre, escalofríos e ictericia. En general, la oclusión es transitoria y no se complica con infecciones. El dolor causado por una oclusión del conducto puede no distinguirse del dolor causado por una obstrucción de la vesícula biliar.

Una obstrucción persistente que cierre el conducto cístico, causará la inflamación de la vesícula biliar (una enfermedad denominada colecistitis aguda). Los cálculos biliares que obstruyen el conducto pancreático causan la inflamación del páncreas (pancreatitis) y también dolor, ictericia y posibles infecciones. A veces, el dolor intermitente se presenta aun después de que la vesícula biliar haya sido extirpada; tal dolor suele ser causado por cálculos biliares en el conducto biliar común.

Los síntomas de indigestión e intolerancia a las comidas grasas a menudo son erróneamente atribuidos a los cálculos biliares. Una persona que experimenta eructos, dilatación del abdomen, una sensación de saciedad y náuseas, es más probable que padezca una úlcera péptica o indigestión, que cálculos biliares. El dolor en la parte superior derecha del abdomen que se presenta después de haber ingerido comidas grasas puede ser causado por cálculos biliares. Pero la indigestión después de las comidas es frecuente y rara vez se debe a la presencia de cálculos biliares.

Diagnóstico

Una ecografía es el mejor método para diagnosticar cálculos en la vesícula biliar. Una colecistografía también es eficaz. En la colecistografía, una radiografía muestra el paso de una sustancia radiopaca de contraste, desde que es deglutida hasta que es absorbida en el intestino, secretada en la bilis y almacenada en la vesícula biliar. Si la vesícula biliar no funciona, el material de contraste no aparecerá en ella, pero si funciona correctamente, el material de contraste revela su contorno en las radiografías. Mediante el uso conjunto de la ecografía y de la colecistografía, el médico puede identificar los cálculos biliares en la vesícula, en el 98 por ciento de los casos. Sin embargo, algunas veces, las pruebas pueden dar resultados positivos falsos en personas que no tienen cálculos biliares.

Cuando una persona padece dolor abdominal, ictericia, escalofríos y fiebre, los cálculos biliares en el conducto biliar son la causa más probable. Los resultados de los análisis de sangre generalmente muestran una alteración de la función hepática, que sugiere una obstrucción del conducto biliar. Varias pruebas pueden aportar información adicional para establecer un diagnóstico seguro. Estas pruebas incluyen ecografías, tomografías computadorizadas (TC) y varias técnicas de rayos X usando sustancias de contraste radiopacas destinadas a visualizar los conductos biliares. La ecografía y la TC pueden mostrar si el conducto biliar está dilatado, pero a veces los conductos pueden estar obstruidos aunque no se vean dilatados. Las técnicas de rayos X ayudan a detectar una obstrucción y, si es así, a determinar si la causa se debe a un cálculo biliar o no.

De acuerdo con la situación se elegirá la técnica de rayos X más apropiada para el diagnóstico. Incluso aunque el diagnóstico sea bastante probable, muchos médicos utilizan una de estas técnicas antes de decidirse a efectuar una intervención quirúrgica. Si el diagnóstico no es seguro, primero debe realizarse una ecografía.

Tratamiento

La mayoría de los pacientes que tiene cálculos biliares silenciosos en la vesícula (es decir, sin síntomas) no requiere tratamiento. Los afectados de dolores intermitentes pueden tratar de evitar o reducir el consumo de comidas grasas. De este modo, se puede ayudar a prevenir o reducir el número de episodios dolorosos.

Cálculos en la vesícula biliar

Si los cálculos en la vesícula biliar causan ataques repetidos de dolor, a pesar de los cambios en la dieta, el médico suele aconsejar la extirpación de la vesícula (colecistectomía). La extirpación de la vesícula biliar no causa insuficiencia nutricional y no se requieren restricciones dietéticas después de una intervención quirúrgica. Entre 1 y 5 de cada 1000 pacientes que se someten a esta intervención, mueren. Durante la colecistectomía, el médico suele investigar la posibilidad de que haya cálculos en los conductos biliares.

La colecistectomía laparoscópica fue introducida en el año 1990 y en muy pocos años revolucionó la práctica quirúrgica. Un 90 por ciento de las colecistectomías se realiza ahora mediante laparoscopía. En la colecistectomía laparoscópica, la vesícula biliar es extirpada con la ayuda de unos tubos que se introducen a través de pequeñas incisiones en la pared abdominal. El procedimiento completo se lleva a cabo con la ayuda de una cámara (laparoscopio), que también se introduce en el abdomen a través de las incisiones. La colecistectomía laparoscópica tiene menores molestias postoperatorias, menor tiempo de estancia hospitalaria y requiere un período reducido de interrupción del trabajo por enfermedad.

Otros métodos de eliminación de los cálculos biliares introducidos durante la última década incluyen su disolución con éter de metilterbutilo y su fragmentación con ondas sonoras de shock (litotripsia). Un tratamiento más antiguo implicaba la disolución de los cálculos biliares con una terapia crónica de ácido biliar (quenodiol y ácido ursodesoxicólico).

2 de mayo de 2011

Dorobanti Tower. Bucarest, Rumanía.

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Bucarest, la ciudad capital de Rumanía, podría contar para el año 2013 con el edificio más alto de la misma. Diseñado por la prestigiosa arquitecta Zaha Hadid, el edificio tendría una altura de 200 metros y alrededor de 55 pisos.

Dorobanti Tower ha sido propuesta para unirse a la arquitectura ecléctica del centro histórico, con gran influencia de la arquitectura comunista de las décadas pasadas y de la arquitectura moderna contemporánea de Bucarest. De construirse, superaria en casi 80 metros al edificio más alto de la ciudad de la actualidad.

La torre contaría con un hotel de 5 estrellas (34,000 metros cuadrados) , apartamentos (35,000 metros cuadrados) y alrededor de 5,000 metros adicionales destinados a un centro comercial.

La estructura de malla elíptica ha sido diseñada para crear una presencia icónica en el corazón de la ciudad.