Discovery Home & Health transmite el documental "No sabia que estaba embarazada", que explora el inexplicable fenómeno de algunas mujeres que vivieron un embarazo sin tener conocimiento de ello hasta que se vieron en el trabajo de parto.
El documental presenta el dramático desarrollo de algunas historias, de emergencias que ponen en riesgo la vida de madres e hijos hasta el feliz e inesperado desenlace. Y para muestra, presenta los casos de Jennifer West y Jessica Kosiuszko.
Jennifer West, de Minneapolis, fue diagnosticada con estreptococo en la garganta en septiembre de 2004 y le recetaron antibióticos. Nadie le advirtió que el efecto de las pastillas anticonceptivas se ve mermado al ingerir este medicamento, por lo que tres semanas más tarde, Jennifer concibió. El 4 de julio en su casa, Jennifer comenzó a sentir dolores de espalda y fuertes espamos en el vientre que se hicieron cada vez peores. Convencida de que era una repentina secuela de un fibroide que había tenido hace años y el cual nunca se trató quirurgicamente, su esposo la lleva a urgencias donde se revela el inesperado diagnóstico del embarazo de Jennifer.
O el caso de Jessica Kosciuszko, de Pennsylvania. Con dos trabajos, la planeación de su boda, el luto tras la muerte de su abuela, con años de tomar pastillas anticonceptivas, y con un retraso en la regla, Jessica se hizo una prueba de embarazo que salió negativa. Por si acaso, suspendió la píldora. No sintió nauseas ni subió de peso aunque si se sentía un tanto más tensionada que “lo normal”, pero podemos estar de acuerdo que su intensa vida lo justificaba. Ocho meses más tarde, fue a la iglesia con su prometido y cuando regresó a casa la sorprendió un intenso dolor abodominal. Al llegar a urgencias reciben la noticia del diagnóstico inesperado – la llegada de un bebé.
El documental presenta el dramático desarrollo de algunas historias, de emergencias que ponen en riesgo la vida de madres e hijos hasta el feliz e inesperado desenlace. Y para muestra, presenta los casos de Jennifer West y Jessica Kosiuszko.
Jennifer West, de Minneapolis, fue diagnosticada con estreptococo en la garganta en septiembre de 2004 y le recetaron antibióticos. Nadie le advirtió que el efecto de las pastillas anticonceptivas se ve mermado al ingerir este medicamento, por lo que tres semanas más tarde, Jennifer concibió. El 4 de julio en su casa, Jennifer comenzó a sentir dolores de espalda y fuertes espamos en el vientre que se hicieron cada vez peores. Convencida de que era una repentina secuela de un fibroide que había tenido hace años y el cual nunca se trató quirurgicamente, su esposo la lleva a urgencias donde se revela el inesperado diagnóstico del embarazo de Jennifer.
O el caso de Jessica Kosciuszko, de Pennsylvania. Con dos trabajos, la planeación de su boda, el luto tras la muerte de su abuela, con años de tomar pastillas anticonceptivas, y con un retraso en la regla, Jessica se hizo una prueba de embarazo que salió negativa. Por si acaso, suspendió la píldora. No sintió nauseas ni subió de peso aunque si se sentía un tanto más tensionada que “lo normal”, pero podemos estar de acuerdo que su intensa vida lo justificaba. Ocho meses más tarde, fue a la iglesia con su prometido y cuando regresó a casa la sorprendió un intenso dolor abodominal. Al llegar a urgencias reciben la noticia del diagnóstico inesperado – la llegada de un bebé.
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