Conjuntivitis significa inflamación de la conjuntiva. La conjuntiva es la capa más externa del ojo, que recubre la zona visible del globo ocular y la parte interior de los párpados. La conjuntiva es casi transparente en condiciones normales. La conjuntivitis puede ser infecciosa (causada por bacterias o virus), alérgica (causada por una reacción alérgica), irritativa (causada por un cuerpo extraño en el ojo) o química (causada por una sustancia química). La mayoría de las conjuntivitis infecciosas son leves, sólo en raras ocasiones pueden causar daños más importantes.
La conjuntivitis infecciosa puede ser causada por bacterias o virus. La mayoría (un 80%) de las conjuntivitis infecciosas son causadas por bacterias que normalmente viven en la nariz o en la piel. Los casos restantes son virales. La conjuntivitis es la infección ocular más frecuente en los niños. A pesar de que la mayoría de las conjuntivitis son contagiosas, normalmente no causan daño ni al ojo ni a la visión.
¿Qué síntomas produce?
El niño se queja de molestias en los ojos, que no se alivian al frotárselos, incluso puede dolerle un poco. Posteriormente se produce enrojecimiento e inflamación de la conjuntiva (ojo rojo). Con frecuencia siente como si tuviera algo metido en el ojo. También puede presentar secreción (legañas) blanca, amarilla o verdosa. En las conjuntivitis bacterianas esta secreción puede ser abundante y espesa, amaneciendo con los ojos pegados. En la conjuntivitis vírica la secreción suele ser menos importante.
Como el ojo se comunica con la nariz por el conducto lagrimal y la nariz con el oído a través de la trompa de Eustaquio, algunos niños, especialmente los más pequeños, tienen otitis al tiempo que conjuntivitis. Por eso, si un niño tiene conjuntivitis y se queja del oído (o si es un bebé y llora más de lo habitual), debe ser examinado por su médico.
Período de incubación: Para la conjuntivitis purulenta (bacteriana) es de unos pocos días. En la vírica puede llegar a una semana.
Duración: Las conjuntivitis bacterianas sin tratamiento duran de 7 a 10 días. Las víricas pueden durar hasta 2 semanas.
¿Cómo se previene?
Los niños no se deben llevar las manos sucias a los ojos. Cuando un niño padece una conjuntivitis infecciosa, tanto él como quien lo cuide deben lavarse las manos después de tocarse o tocarle los ojos (para aplicarle un colirio o pomada, por ejemplo). A veces es imposible prevenir que se contagie entre convivientes.
¿Se contagian?
Todos los tipos de conjuntivitis infecciosa son contagiosos. El contagio se produce por contacto directo o indirecto con las secreciones del ojo afectado. Las conjuntivitis bacterianas son contagiosas desde que aparecen los síntomas hasta que cesa la secreción o se administra un tratamiento. Las conjuntivitis víricas pueden ser contagiosas incluso antes de aparecer los síntomas, hasta que mejoran. Aunque es un tema muy controvertido, los niños con conjuntivitis probablemente no deberían acudir a la guardería hasta que mejorasen sus síntomas.
¿Cuándo acudir al pediatra?
Si su hijo tiene conjuntivitis con secreción (no una pequeña irritación) debe consultar. El tratamiento médico acorta la duración de la infección y previene las posibles complicaciones
¿Cómo se trata?
Para mejorar las molestias se pueden administrar analgésicos o poner compresas frías o tibias. También deben limpiarse las secreciones y costras y despegarse los párpados con agua hervida tibia, suero fisiológico estéril o un líquido adecuado de la farmacia.
El tratamiento médico para la conjuntivitis consiste en la prescripción de unas gotas (colirio), pomada o gel antibiótico. Normalmente el tratamiento dura una semana, las gotas deben ponerse frecuentemente (4-6 veces al día) y la pomada o gel 2-3 veces en 24 horas. La pomada puede nublar la vista (es mejor para la noche o en bebés). El gel tiene la ventaja de que se pone menos veces que el colirio (como la pomada), no nubla la vista, pero sólo hay un preparado, con lo cual restringe las posibilidades de tratamiento a un solo antibiótico. Generalmente los niños toleran bien el tratamiento, pero puede ser un auténtico reto poner una gota dentro del ojo, varias veces al día y durante una semana, a un niño que se resiste. Se aconseja en estos casos tumbar al niño, con la cabeza inclinada hacia atrás y mirando hacia arriba; se le pide que cierre los ojos y se aplica una gota en el borde interno del párpado ("el lagrimal") y luego se le pide que los abra y cierre durante unos segundos.
La conjuntivitis de los recién nacidos a veces es más importante. Por eso en las maternidades se administran unas gotas en los ojos al bebé para prevenir los contagios por gérmenes procedentes de los genitales de su madre durante el parto. Algunos niños nacen con el canal lagrimal obstruido, eso produce lagrimeo y, frecuentemente, infección persistente con secreción purulenta como en las conjuntivitis. Suele mejorar con el tiempo, debe hacerse un masaje como exprimiendo el canal lagrimal hacia fuera. Si persiste el problema a los 6-12 meses, el oculista quizás tenga que desobstruir el conducto lavándolo con una sonda muy fina.
En la mayoría de los casos la conjuntivitis curará sola, pero se considera indicado el tratamiento para acortar la duración y prevenir contagios y complicaciones.
Otros tipos de conjuntivitis
La conjuntivitis que aparece en primavera al aire libre, con más picor y escozor que secreción, sugiere alergia a algún tipo de polen. Las conjuntivitis mantenidas, que empeoran al llevarse las manos manchadas de polvo a los ojos, sugieren alergia a los ácaros que viven en el polvo de casa. En ambos casos suele haber estornudos, obstrucción y secreción acuosa nasales.
Signos de alerta
Un dolor importante, la imposibilidad de abrir el ojo, que la luz resulte muy molesta (fotofobia), la hinchazón significativa de los párpados y los tejidos adyacentes de la cara, especialmente con fiebre, o la falta de mejoría en 4-5 días, deben ser motivo para contactar con el médico del niño